• Se estima que 1,909,647 niñas, niños y adolescentes están matriculados este año en el sistema educativo nacional en los niveles de pre básica, básica y media, en donde aproximadamente el 50% no continúa con su proceso formativo a causa de la crisis por COVID 19.
En Honduras, al igual que en muchos países el COVID-19 encontró al sistema educativo nacional sin la preparación para enfrentar el paso de la educación presencial a la virtual, y con una deuda histórica en la calidad y cobertura de los servicios educativos. A partir del 13 de marzo del presente año se decretó el cierre de los centros educativos gubernamentales y no gubernamentales a nivel nacional en la modalidad de educación presencial debido al COVID 19.
La Secretaría de Educación (SEDUC) ha impulsado la Estrategia “Te Queremos Estudiando en Casa” para que las niñas, niños y adolescentes continúen sus estudios desde sus hogares. Ante esta situación, el Congreso Nacional aprobó una Ley para que todas las compañías de televisión por cable, televisoras y radiodifusoras cedan una hora para difundir el contenido de la SEDUC en el horario de las 7:00 am a 6:00 pm.
Cabe resaltar que, según la opinión de los especialistas, para un 80% de los estudiantes no ha sido posible continuar regularmente con sus clases por la falta de conectividad al internet. Para atender el 20% restante, los docentes han tenido que ser creativos e innovadores para continuar con el proceso de enseñanza y aprendizaje a través de llamadas telefónicas, grupos de whatsapp, plataformas virtuales y hasta visitas domiciliarias en casos excepcionales.
Estas alternativas de educación agudizan la situación económica de miles de familias que se ven en la necesidad de incurrir en gastos con sistemas de cable o internet.
A más de dos meses que las y los estudiantes no reciben clases en la modalidad presencial, que se cuestiona la calidad de educación que están recibiendo, escasos mecanismos de evaluación y no contar con un seguimiento individualizado que permita alertar a las autoridades sobre los índices de deserción escolar a consecuencia del cierre de los centros educativos, ha generado alarma por el posible retorno a clases para el mes de septiembre ya que no tenemos la certeza de contar con una estrategia nacional de bioseguridad que garantice la salud y minimice el riesgo al contagio de las niñas, niños y adolescentes.
La Red COIPRODEN manifiesta a la opinión pública las siguientes preocupaciones:
1. La crisis del COVD 19 ha evidenciado nuevamente la deficiencia en el sistema educativo y la falta de voluntad política por invertir y fortalecer la educación en Honduras.
2. Los elevados índices de reprobación y deserción escolar que puedan derivarse de la actual crisis de salud y humanitaria que vive el país.
3. Las alternativas a la educación presencial adoptadas por la Secretaría de Educación, golpean fuertemente la economía de las familias hondureñas y profundizan aún más la brecha de desigualdad y acceso universal y gratuito del derecho a la educación de las niñas y niños.
4. Se desconoce en qué ha sido reorientado en estos meses el presupuesto anual asignado a la SEDUC para la operatividad de la educación y las transferencias que se realizan a otras instancias del sector educativo.
5. La calidad de educación que están recibiendo las niñas, niños y adolescentes, y la promoción al siguiente año lectivo sin haber desarrollado el contenido curricular de este año.
6. La indiferencia de la Secretaría de Educación a las demandas de la sociedad por los cobros excesivos de los centros de educación privada, y a las advertencias de sus propietarios de cancelar la matrícula de los alumnos que no tengan al día sus pagos.
7. La desatención de las autoridades educativas a las propuestas presentadas por diferentes sectores para el retorno seguro a clases.
Exhortamos al Estado de Honduras, representado por la Secretaría de Educación a:
1. Conformar un equipo técnico representativo e inclusivo de todos los sectores que participan en la educación de Honduras, para el diseño y posterior implementación de un protocolo de bioseguridad para el retorno a clases que asegure salvaguardar la vida de las niñas, niños y adolescentes.
2. Previo a la apertura de los centros educativos, dotarlos de equipo de bioseguridad, adecuación de las instalaciones educativas, aplicación de pruebas PCR al personal docente y administrativo.
3. Regular y sancionar el cobro excesivo de los centros de educación privada.
4. Promover campañas comunitarias para prevenir los riesgos al contagio del COVID-19 en los centros educativos y establecer en cada centro un protocolo inmediato de atención para las y los estudiantes que presenten síntomas.
5. Garantizar el acceso de las y los estudiantes, especialmente a los que presentan una discapacidad y los de bajos ingresos económicos, a los programas de aprendizaje a distancia, en caso de que no todos dispongan de dispositivos digitales.
6. Aplicar soluciones a los problemas psicosociales antes de impartir la enseñanza,
movilizar los instrumentos disponibles para crear vínculos entre las escuelas, los padres, los docentes y los alumnos.
7. Responder a los problemas psicosociales que las y los estudiantes pueden encarar en situaciones de aislamiento.
Hoy más que nunca urge invertir todos los recursos necesarios para garantizar acceso a la educación de calidad con un enfoque basado en derechos humanos.
Tegucigalpa, MDC 04 de junio de 2020