El 20 de noviembre de 1989, la humanidad marcó un hito histórico cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Este es el tratado de derechos humanos más ratificado de la historia, ya que, es una herramienta fundamental a partir de la cual se generó gran movilización de distintos actores sociales, cuyo objetivo fue colocar a la niñez como sujeto de derecho.
También es el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que garantiza a todos las niñas y niños del mundo toda la gama de los derechos humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.
Honduras suscribió la Convención sobre los Derechos del niño el 31 de mayo de 1990 y la ratificó el 24 de julio de ese mismo año. Honduras fue uno de los 20 primeros Estados en suscribir ese importante instrumento internacional de protección a la niñez.